IGLESIA GNÓSTICA CRISTIANA UNIVERSAL DE VENEZUELA
lunes, 4 de febrero de 2019
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domingo, 26 de noviembre de 2017
sábado, 18 de noviembre de 2017
domingo, 15 de octubre de 2017
EVANGELIO SEGÚN TOMÁS
EVANGELIO SEGÚN
TOMÁS
(Texto copto de
Nag Hammadi)
Estas son las palabras secretas que
pronunció Jesús el Viviente y que Dídimo Judas Tomás consignó por escrito.
1. Y dijo: «Quien encuentre el sentido de
estas palabras no gustará la muerte».
2. Dijo Jesús: «El que busca no debe
dejar de buscar hasta tanto que encuentre. Y cuando encuentre se estremecerá, y
tras su estremecimiento se llenará de admiración y reinará sobre el universo».
3. Dijo Jesús: «Si aquellos que os guían
os dijeren: Ved, el Reino está en el cielo, entonces las aves del cielo os
tomarán la delantera. Y si os dicen: Está en la mar, entonces los peces os
tomarán la delantera. Mas el Reino está dentro de vosotros y fuera de vosotros.
Cuando lleguéis a conoceros a vosotros mismos, entonces seréis conocidos y
caeréis en la cuenta de que sois hijos del Padre Viviente. Pero si no os
conocéis a vosotros mismos, estáis sumidos en la pobreza y sois la pobreza
misma».
4. Dijo Jesús: «No vacilará un anciano a
su edad en preguntar a un niño de siete días por el lugar de la vida, y vivirá;
pues muchos primeros vendrán a ser últimos y terminarán siendo uno solo».
5. Dijo Jesús: «Reconoce lo que tienes
ante tu vista y se te manifestará lo que te está oculto, pues nada hay
escondido que no llegue a ser manifiesto».
6. Le preguntaron sus discípulos
diciéndole: «¿Quieres que ayunemos? ¿Y de qué forma hemos de orar y dar
limosna, y qué hemos de observar
respecto a la comida?» Jesús dijo: «No mintáis ni hagáis lo que
aborrecéis, pues ante el cielo todo está patente, ya que nada hay oculto que no
termine por quedar manifiesto y nada escondido que pueda mantenerse sin ser
revelado».
7. Jesús dijo: «Dichoso el león que al
ser ingerido por un hombre se hace hombre; abominable el hombre que se deja
devorar por un león y éste se hace hombre».
8. Y dijo: «El hombre se parece a un
pescador inteligente que echó su red al mar y la sacó de él llena de peces
pequeños. Al encontrar entre ellos un pez grande y bueno, aquel pescador
inteligente arrojó todos los peces pequeños al mar y escogió sin vacilar el pez
grande».
9. Dijo Jesús: «He aquí que el sembrador
salió, llenó su mano y desparramó. Algunos (granos de simiente) cayeron en el
camino y vinieron los pájaros y se los llevaron. Otros cayeron sobre piedra y
no arraigaron en la tierra ni hicieron germinar espigas hacia el cielo. Otros
cayeron entre espinas —éstas ahogaron la simiente— y el gusano se los comió.
Otros cayeron en tierra buena y (ésta) dio una buena cosecha, produciendo 60 y
120 veces por medida».
10. Dijo Jesús: «He arrojado fuego sobre
el mundo y ved que lo mantengo hasta que arda».
11. Dijo Jesús: «Pasará este cielo y
pasará asimismo el que está encima de él. Y los muertos no viven ya, y los que
están vivos no morirán. Cuando comíais lo que estaba muerto, lo hacíais
revivir; ¿qué vais a hacer cuando estéis en la luz? El día en que erais una
misma cosa, os hicisteis dos; después de haberos hecho dos, ¿qué vais a
hacer?».
12. Los discípulos dijeron a Jesús:
«Sabemos que tú te irás de nuestro lado; ¿quién va a ser el mayor entre
nosotros?» Díjoles Jesús: «Dondequiera que os hayáis reunido, dirigíos a
Santiago el Justo, por quien el cielo y la tierra fueron creados».
13. Dijo Jesús a sus discípulos: «Haced
una comparación y decidme a quién me parezco». Dijóle Simón Pedro: «Te pareces
a un ángel justo». Díjole Mateo: «Te pareces a un filósofo, a un hombre sabio».
Díjole Tomás: «Maestro, mi boca es absolutamente incapaz de decir a quién te pareces».
Respondió Jesús: «Yo ya no soy tu maestro, puesto que has bebido y te has
emborrachado del manantial que yo mismo he medido». Luego le tomó consigo, se
retiró y le dijo tres palabras. Cuando Tomás se volvió al lado de sus
compañeros, le preguntaron éstos: «¿Qué es lo que te ha dicho Jesús?» Tomás
respondió: «Si yo os revelara una sola palabra de las que me ha dicho,
cogeríais piedras y las arrojaríais sobre mí: entonces saldría fuego de ellas y
os abrasaría».
14. Díjoles Jesús: «Si ayunáis, os engendraréis
pecados; y si hacéis oración, se os condenará ; y si dais limosnas, haréis mal
a vuestros espíritus. Cuando vayáis a un país cualquiera y caminéis por las
regiones, si se os recibe, comed lo que os presenten (y) curad a los enfermos entre ellos. Pues lo que entra
en vuestra boca no os manchará, mas lo que sale de vuestra boca, eso sí que os
manchará».
15. Dijo Jesús: «Cuando veáis al que no
nació de mujer, postraos sobre vuestro rostro y adoradle: Él es vuestro padre».
16. Dijo Jesús: «Quizá piensan los
hombres que he venido a traer paz al mundo, y no saben que he venido a traer
disensiones sobre la tierra: fuego, espada, guerra . Pues cinco habrá en casa:
tres estarán contra dos y dos contra tres, el padre contra el hijo y el hijo
contra el padre. Y todos ellos se encontrarán en soledad».
17. Dijo Jesús: «Yo os daré lo que ningún
ojo ha visto y ningún oído ha escuchado y ninguna mano ha tocado y en ningún
corazón humano ha penetrado».
18. Dijeron los discípulos a Jesús:
«Dinos cómo va a ser nuestro fin». Respondió Jesús: «¿Es que habéis descubierto
ya el principio para que preguntéis por el fin? Sabed que donde está el
principio, allí estará también el fin. Dichoso aquel que se encuentra en el
principio: él conocerá el fin y no gustará la muerte».
19. Dijo Jesús: «Dichoso aquel que ya
existía antes de llegar a ser. Si os hacéis mis discípulos (y) escucháis mis
palabras, estas piedras se pondrán a vuestro servicio. Cinco árboles tenéis en
el paraíso que ni en verano ni en invierno se mueven y cuyo follaje no cae:
quien los conoce no gustará la muerte».
20. Dijeron los discípulos a Jesús:
«Dinos a qué se parece el reino de los cielos». Díjoles: «Se parece a un grano
de mostaza, que es (ciertamente) la más exigua de todas las semillas, pero
cuando cae en tierra de labor hace brotar un tallo (y) se convierte en cobijo
para los pájaros del cielo».
21. Dijo Mariham a Jesús: «¿A qué se
parecen tus discípulos ?» Él respondió: «Se parecen a unos muchachos que se han
acomodado en una parcela ajena. Cuando se presenten los dueños del terreno les
dirán: Devolvednos nuestra finca. Ellos se sienten desnudos en su presencia al
tener que dejarla y devolvérsela». Por eso os digo: «Si el dueño de la casa se
entera de que va a venir el ladrón, se pondrá a vigilar antes de que llegue y
no permitirá que éste penetre en la casa de su propiedad y se lleve su ajuar.
Así, pues, vosotros estad también alerta ante el mundo, ceñid vuestros lomos
con fortaleza para que los ladrones encuentren cerrado el paso hasta vosotros;
pues (si no) darán con la recompensa que
vosotros esperáis. ¡Ojalá surja de entre vosotros un hombre sabio que —cuando
la cosecha hubiere madurado— venga rápidamente con la hoz en la mano y la
siegue! El que tenga oídos para oír, que oiga».
22. Jesús vio unas criaturas que estaban
siendo amamantadas y dijo a sus discípulos: «Estas criaturas a las que están
dando el pecho se parecen a quienes entran en el Reino». Ellos le dijeron:
«¿Podremos nosotros —haciéndonos pequeños— entrar en el Reino?» Jesús les dijo:
«Cuando seáis capaces de hacer de dos cosas una, y de configurar lo interior
con lo exterior, y lo exterior con lo interior, y lo de arriba con lo de abajo,
y de reducir a la unidad lo masculino y lo femenino, de manera que el macho
deje de ser macho y la hembra hembra; cuando hagáis ojos de un solo ojo y una
mano en lugar de una mano y un pie en lugar de un pie y una imagen en lugar de una imagen, entonces podréis
entrar [en el Reino]».
23. Dijo Jesús: «Yo os escogeré uno entre
mil y dos entre diez mil; y resultará que ellos quedarán como uno solo».
24. Dijeron sus discípulos: «Instruyenos
acerca del lugar donde moras, pues sentimos la necesidad de indagarlo».
Díjoles: «El que tenga oídos, que escuche: en el interior de un hombre de luz
hay siempre luz y él ilumina todo el universo; sin su luz reinan las
tinieblas».
25. Dijo Jesús: «Ama a tu hermano como a
tu alma; cuídalo como la pupila de tu ojo».
26. Dijo Jesús: «La paja en el ojo de tu
hermano, sí que la ves; pero la viga en el tuyo propio, no la ves. Cuando hayas
sacado la viga de tu ojo, entonces verás de quitar la paja del ojo de tu
hermano».
27. (Dijo Jesús): «Si no os abstenéis del
mundo, no encontraréis el Reino; si no hacéis del sábado sábado, no veréis al
Padre».
28. Dijo Jesús: «Yo estuve en medio del
mundo y me manifesté a ellos en carne. Los hallé a todos ebrios (y) no encontré
entre ellos uno siquiera con sed. Y mi alma sintió dolor por los hijos de los
hombres, porque son ciegos en su corazón y no se percatan de que han venido vacíos
al mundo y vacíos intentan otra vez salir de él. Ahora bien: por el momento
están ebrios, pero cuando hayan expulsado su vino, entonces se arrepentirán».
29. Dijo Jesús: «El que la carne haya
llegado a ser gracias al espíritu es un prodigio; pero el que el espíritu (haya
llegado a ser) gracias al cuerpo, es prodigio [de prodigios]. Y yo me maravillo
cómo esta gran riqueza ha venido a alojarse en esta pobreza».
30. Dijo Jesús: «Dondequiera que hubiese
tres dioses, dioses son; dondequiera que haya dos o uno, con él estoy yo».
31. Dijo Jesús: «Ningún profeta es
aceptado en su aldea; ningún médico cura a aquellos que le conocen».
32. Dijo Jesús: «Una ciudad que está
construida (y) fortificada sobre una alta montaña no puede caer ni pasar
inadvertida».
33. Dijo Jesús: «Lo que escuchas con uno
y otro oído, pregónalo desde la cima de vuestros tejados; pues nadie enciende
una lámpara y la coloca bajo el celemín o en otro lugar escondido, sino que la
pone sobre el candelero para que todos los que entran y salen vean su
resplandor».
34. Dijo Jesús: «Si un ciego guía a otro
ciego, ambos caen en el hoyo».
35. Dijo Jesús: «No es posible que uno
entre en la casa del fuerte y se apodere de ella (o de él) de no ser que logre
atarle las manos a éste: entonces sí que saqueará su casa».
36. Dijo Jesús: «No estéis preocupados
desde la mañana hasta la noche y desde la noche hasta la mañana (pensando) qué
vais a poneros».
37. Sus discípulos dijeron: «¿Cuándo te
nos vas a manifestar y cuándo te vamos a ver?» Dijo Jesús: «Cuando perdáis (el
sentido de) la vergüenza y —cogiendo vuestros vestidos— los pongáis bajo los
talones como niños pequeños y los pisoteéis, entonces [veréis] al Hijo del
Viviente y no tendréis miedo».
38. Dijo Jesús: «Muchas veces deseasteis
escuchar estas palabras que os estoy diciendo sin tener a vuestra disposición
alguien a quien oírselas. Días llegarán en que me buscaréis (y) no me
encontraréis».
39. Dijo Jesús: «Los fariseos y los
escribas recibieron las llaves del conocimiento y las han escondido: ni ellos
entraron, ni dejaron entrar a los que querían. Pero vosotros sed cautos como
las serpientes y sencillos como las palomas».
40. Dijo Jesús: «Una cepa ha sido
plantada al margen del Padre y —como no está firmemente arraigada— será
arrancada de cuajo y se malogrará».
41. Jesús dijo: «A quien tiene en su mano
se le dará; y a quien nada tiene —aun aquello poco que tiene— se le quitará».
42. Dijo Jesús: «Haceos pasajeros».
43. Le dijeron sus discípulos: «¿Quién
eres tú para decirnos estas cosas?» [Jesús respondió]: «Basándoos en lo que os
estoy diciendo, no sois capaces de entender quién soy yo; os habéis vuelto como
los judíos, ya que éstos aman el árbol y odian su fruto, aman el fruto y odian
el árbol».
44. Dijo Jesús: «A quien insulte al
Padre, se le perdonará; y a quien insulte al Hijo, (también) se le perdonará.
Pero quien insulte al Espíritu Santo no encontrará perdón ni en la tierra ni en
el cielo».
45. Dijo Jesús: «No se cosechan uvas de
los zarzales ni se cogen higos de los espinos, (pues) éstos no dan fruto
alguno. [Un] hombre bueno saca cosas buenas de su tesoro; un hombre malo saca
cosas malas del mal tesoro que tiene en su corazón y habla maldades, pues de la
abundancia del corazón saca él la maldad».
46. Dijo Jesús: «Desde Adán hasta Juan el
Bautista no hay entre los nacidos de mujer nadie que esté más alto que Juan el
Bautista, de manera que sus ojos no se quiebren. Pero yo he dicho: Cualquiera
de entre vosotros que se haga pequeño, vendrá en conocimiento del Reino y
llegará a ser encumbrado por encima de Juan».
47. Dijo Jesús: «No es posible que un
hombre monte dos caballos y tense dos arcos; no es posible que un esclavo sirva
a dos señores, sino que más bien honrará a uno y despreciará al otro. A ningún
hombre le apetece —después de haber bebido vino añejo— tomar vino nuevo; no se
echa vino nuevo en odres viejos, no sea que éstos se rompan, y no se echa vino
añejo en odre nuevo para que éste no le eche a perder. No se pone un remiendo
viejo en un vestido nuevo, pues se produciría un rasgón».
48. Dijo Jesús: «Si dos personas hacen la
paz entre sí en esta misma casa, dirán a la montaña: ¡Desaparece de aquí! Y
ésta desaparecerá».
49. Dijo Jesús: «Bienaventurados los
solitarios y los elegidos: vosotros encontraréis el Reino, ya que de él
procedéis (y) a él tornaréis».
50. Dijo Jesús: «Si os preguntan: ¿De
dónde habéis venido?, decidles: Nosotros procedemos de la luz, del lugar donde
la luz tuvo su origen por sí misma; (allí) estaba afincada y se manifestó en su
imagen. Si os preguntan: ¿Quién sois vosotros.?, decid: Somos sus hijos y somos
los elegidos del Padre Viviente. Si se os pregunta: ¿Cuál es la señal de
vuestro Padre que lleváis en vosotros mismos?, decidles: Es el movimiento y a
la vez el reposo».
51. Le dijeron sus discípulos: «¿Cuándo
sobrevendrá el reposo de los difuntos y cuándo llegará el mundo nuevo?» Él les
dijo: «Ya ha llegado (el reposo) que esperáis, pero vosotros no caéis en la
cuenta».
52. Sus discípulos le dijeron: «24
profetas alzaron su voz en Israel y todos hablaron de tí». El les dijo: «Habéis
dejado a un lado al Viviente (que está) ante vosotros ¡y habláis de los
muertos!».
53. Sus discípulos le dijeron: «¿Es de
alguna utilidad la circuncisión o no?» Y él les dijo: «Si para algo valiera, ya
les engendraría su padre circuncisos en el seno de sus madres; sin embargo, la
verdadera circuncisión en espíritu ha sido de gran utilidad».
54. Dijo Jesús: «Bienaventurados los
pobres, pues vuestro es el reino de los cielos».
55. Dijo Jesús: «Quien no odie a su padre
y a su madre, no podrá ser discípulo mío. Y (quien no) odie a sus hermanos y
hermanas (y no cargue) con su cruz como yo, no será digno de mí».
56. Dijo Jesús: «Quien haya comprendido
(lo que es) el mundo, ha dado con un cadáver. Y quien haya encontrado un cadáver,
de él no es digno el mundo».
57. Dijo Jesús: «El Reino del Padre se
parece a un hombre que tenía una [buena] semilla. Vino de noche su enemigo y
sembró cizaña entre la buena semilla. Este hombre no consintió que ellos (los
jornaleros) arrancasen la cizaña, sino que les dijo: No sea que vayáis a
escardar la cizaña y con ella arranquéis el trigo; ya aparecerán las matas de
cizaña el día de la siega, (entonces) se las arrancará y se las quemará».
58. Dijo Jesús: «Bienaventurado el hombre
que ha sufrido: ha encontrado la vida».
59. Dijo Jesús: «Fijad vuestra mirada en
el Viviente mientras estáis vivos, no sea que luego muráis e intentéis
contemplarlo y no podáis».
60. (Vieron) a un samaritano que llevaba
un cordero camino de Judea y dijo a sus discípulos : «(¿Qué hace) éste con el
cordero?» Ellos le dijeron: «(Irá) a sacrificarlo para comérselo.» Y les dijo:
«Mientras esté vivo no se lo comerá, sino sólo después de haberlo degollado,
cuando (el cordero) se haya convertido en un cadáver». Ellos dijeron: «No podrá
obrar de otro modo». El dijo: «Vosotros aseguraos un lugar de reposo para que
no os convirtáis en cadáveres y seáis devorados».
61. Dijo Jesús: «Dos reposarán en un
mismo lecho: el uno morirá, el otro vivirá». Dijo Salomé: «¿Quién eres tú,
hombre, y de quién? Te has subido a mi lecho y has comido de mi mesa». Díjole
Jesús: «Yo soy el que procede de quien (me) es idéntico; he sido hecho
partícipe de los atributos de mi Padre». (Salomé dijo): «Yo soy tu discípula».
(Jesús le dijo): «Por eso es por lo que digo que si uno ha llegado a ser
idéntico, se llenará de luz; mas en cuanto se desintegre, se inundará de
tinieblas».
62. Dijo Jesús: «Yo comunico mis secretos
a los que [son dignos] de ellos. Lo que hace tu derecha, no debe averiguar tu
izquierda lo que haga».
63. Dijo Jesús: «Había un hombre rico que
poseía una gran fortuna, y dijo: Voy a emplear mis
riquezas en sembrar, cosechar, plantar y
llenar mis graneros de frutos de manera que no me falte de nada. Esto es lo que
él pensaba en su corazón; y aquella noche se murió. El que tenga oídos, que
oiga».
64. Dijo Jesús: «Un hombre tenía
invitados. Y cuando hubo preparado la cena, envió a su criado a avisar a los
huéspedes. Fue (éste) al primero y le dijo: Mi amo te invita. Él respondió:
Tengo (asuntos de) dinero con unos mercaderes; éstos vendrán a mí por la tarde
y yo habré de ir y darles instrucciones; pido excusas por la cena. Fuese a otro
y le dijo: Estás invitado por mi amo. Él le dijo: He comprado una casa y me
requieren por un día; no tengo tiempo. Y fue a otro y le dijo: Mi amo te
invita. Y él le dijo: Un amigo mío se va a casar y tendré que organizar el
festín. No voy a poder ir; me excuso por lo de la cena. Fuese a otro y le dijo:
Mi amo te invita. Éste replicó: Acabo de comprar una hacienda (y) me voy a
cobrar la renta; no podré ir, presento mis excusas. Fuese el criado (y) dijo a
su amo: Los que invitaste a la cena se han excusado. Dijo el amo a su criado:
Sal a la calle (y) tráete a todos los que encuentres para que participen en mi
festín; los mercaderes y hombres de negocios [no entrarán] en los lugares de mi
Padre».
65. El dijo: «Un hombre de bien poseía un
majuelo y se lo arrendó a unos viñadores para que lo trabajaran y así poder
percibir de ellos el fruto. Envió, pues, a un criado para que éstos le
entregaran la cosecha del majuelo. Ellos prendieron al criado y le golpearon
hasta casi matarlo. Éste fue y se lo contó a su amo, quien dijo: Tal vez no les
reconoció; y envió otro criado. También éste fue maltratado por los viñadores.
Entonces envió a su propio hijo, diciendo ¡A ver si respetan por lo menos a mi
hijo! Los viñadores —a quienes no se les ocultaba que éste era el heredero del
majuelo— le prendieron (y) le mataron. El que tenga oídos, que oiga».
66. Dijo Jesús: «Mostradme la piedra que
los albañiles han rechazado; ésta es la piedra angular».
67. Dijo Jesús: «Quien sea conocedor de
todo, pero falle en (lo tocante a) sí mismo, falla en todo».
68. Dijo Jesús: «Dichosos vosotros cuando
se os odie y se os persiga, mientras que ellos no encontrarán un lugar allí
donde se os ha perseguido a vosotros».
69. Dijo Jesús: «Dichosos los que han
sufrido persecución en su corazón: éstos son los que han reconocido al Padre de
verdad». (Dijo Jesús): «Dichosos los hambrientos, pues el estómago de aquellos
que hambrean se saciará».
70. Dijo Jesús: «Cuando realicéis esto en
vosotros mismos, aquello que tenéis os salvará; pero si no lo tenéis dentro,
aquello que no tenéis en vosotros mismos os matará».
71. Dijo Jesús: «Voy a des[truir esta]
casa y nadie podrá [re]edificarla».
72. [Un hombre] le [dijo]: «Di a mis
hermanos que repartan conmigo los bienes de mi padre». El replicó: «¡Hombre!
¿Quién ha hecho de mí un repartidor?» Y se dirigió a sus discípulos,
diciéndoles: «¿Es que soy por ventura un repartidor?».
73. Dijo Jesús: «La cosecha es en verdad
abundante, pero los obreros son pocos. Rogad, pues, al Señor que envíe obreros
para la recolección».
74. El dijo: «Señor, hay muchos alrededor
del aljibe, pero no hay nadie dentro del aljibe».
75. Dijo Jesús: «Muchos están ante la
puerta, pero son los solitarios los que entrarán en la cámara nupcial».
76. Dijo Jesús: «El reino del Padre se
parece a un comerciante poseedor de mercancías, que encontró una perla. Ese
comerciante era sabio: vendió sus mercancías y compró aquella perla única.
Buscad vosotros también el tesoro imperecedero allí donde no entran ni polillas
para devorar(lo) ni gusano para destruir(lo)».
77. Dijo Jesús: «Yo soy la luz que está
sobre todos ellos. Yo soy el universo: el universo ha surgido de mí y ha
llegado hasta mí. Partid un leño y allí estoy yo; levantad una piedra y allí me
encontraréis».
78. Dijo Jesús: «¿A qué salisteis al
campo? ¿Fuisteis a ver una caña sacudida por el viento? ¿Fuisteis a ver a un
hombre vestido de ropas finas? [Mirad a vuestros] reyes y a vuestros magnates:
ellos son los que llevan [ropas] finas, pero no podrán reconocer la verdad».
79. Le dijo una mujer de entre la turba:
«Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron». El [le] respondió:
«Bienaventurados aquellos que han escuchado la palabra del Padre (y) la han
guardado de verdad, pues días vendrán en que diréis: Dichoso el vientre que no
concibió y los pechos que no amamantaron».
80. Dijo Jesús: «El que haya reconocido
al mundo, ha encontrado el cuerpo. Pero de quien haya encontrado el cuerpo, de
éste no es digno el mundo».
81. Dijo Jesús: «Quien haya llegado a ser
rico, que se haga rey; y quien detente el poder, que renuncie».
82. Dijo Jesús: «Quien esté cerca de mí,
está cerca del fuego; quien esté lejos de mí, está lejos del Reino».
83. Dijo Jesús: «Las imágenes se
manifiestan al hombre, y la luz que hay en ellas permanece latente en la imagen
de la luz del Padre. Él se manifestará, quedando eclipsada su imagen por su
luz».
84. Dijo Jesús: «Cuando contempláis lo
que se os parece, os alegráis; pero cuando veáis vuestras propias imágenes
hechas antes que vosotros —imperecederas y a la vez invisibles—, ¿cuánto
podréis aguantar?».
85. Dijo Jesús: «El que Adán llegara a
existir se debió a una gran fuerza y a una gran riqueza; (sin embargo), no
llegó a ser digno de vosotros, pues en el supuesto de que hubiera conseguido
ser digno, [no hubiera gustado] la muerte».
86. Dijo Jesús: «[Las zorras tienen su
guarida] y los pájaros [su] nido, pero el Hijo del hombre no tiene lugar donde
reclinar su cabeza (y) descansar».
87. Dijo Jesús: «Miserable es el cuerpo
que depende de un cuerpo, y miserable es el alma que depende de entrambos».
88. Dijo Jesús: «Los ángeles y los
profetas vendrán a vuestro encuentro y os darán lo que os corresponde; vosotros
dadles asimismo lo que está en vuestra mano, dádselo (y) decíos: ¿Cuándo
vendrán ellos a recoger lo que les pertenece?».
89. Dijo Jesús: «¿Por qué laváis lo
exterior del vaso? ¿Es que no comprendéis que aquel que hizo el interior no es
otro que quien hizo el exterior?».
90. Dijo Jesús: «Venid a mí, pues mi yugo
es adecuado y mi dominio suave, y encontraréis reposo para vosotros mismos».
91. Ellos le dijeron: «Dinos quién eres
tú, para que creamos en ti». El les dijo: «Vosotros observáis el aspecto del
cielo y de la tierra, y no habéis sido capaces de reconocer a aquel que está
ante vosotros ni de intuir el momento presente».
92. Dijo Jesús: «Buscad y encontraréis:
mas aquello por lo que me preguntabais antaño —sin que yo entonces os diera
respuesta alguna— quisiera manifestároslo ahora, y vosotros no me hacéis
preguntas en este sentido».
93. [Dijo Jesús]: «No echéis las cosas
santas a los perros, no sea que vengan a parar en el muladar; no arrojéis las
perlas a los puercos, para que ellos no las [....]».
94. [Dijo] Jesús: «El que busca
encontrará, [y al que llama] se le abrirá».
95. [Dijo Jesús]: «Si tenéis algún
dinero, no lo prestéis con interés, sino dádselo a aquel que no va a
devolvéroslo».
96. [Dijo] Jesús: «El reino del Padre se
parece a [una] mujer que tomó un poco de levadura, la [introdujo] en la masa
(y) la convirtió en grandes hogazas de pan. Quien tenga oídos, que oiga».
97. Dijo Jesús: «El reino del [Padre] se
parece a una mujer que transporta(ba) un recipiente lleno de harina. Mientras
iba [por un] largo camino, se rompió el asa (y) la harina se fue desparramando
a sus espaldas por el camino. Ella no se dio cuenta (ni) se percató del
accidente. Al llegar a casa puso el recipiente en el suelo (y) lo encontró
vacío».
98. Dijo Jesús: «El reino del Padre se
parece a un hombre que tiene la intención de matar a un gigante: desenvainó
(primero) la espada en su casa (y) la hundió en la pared para comprobar la
fuerza de su mano. Entonces dio muerte al gigante».
99. Los discípulos le dijeron: «Tus
hermanos y tu madre están afuera». El les dijo: «Los aquí (presentes) que hacen
la voluntad de mi Padre, éstos son mis hermanos y mi madre; ellos son los que
entrarán en el reino de mi Padre».
100. Le mostraron a Jesús una moneda de
oro, diciéndole: «Los agentes de César nos piden los impuestos». El les dijo:
«Dad a César lo que es de César, dad a Dios lo que es de Dios y dadme a mí lo
que me pertenece».
101. (Dijo Jesús): «El que no aborreció a
su padre y a su madre como yo, no podrá ser [discípulo] mío; y quien [no] amó
[a su padre] y a su madre como yo, no podrá ser [discípulo] mío; pues mi madre,
la que [...], pero [mi madre] de verdad me ha dado la vida».
102. Dijo Jesús: «¡Ay de ellos, los
fariseos, pues se parecen a un perro echado en un pesebre de bueyes!: ni come,
ni deja comer a los bueyes».
103. Dijo Jesús: «Dichoso el hombre que
sabe [por qué] flanco van a entrar los ladrones, de manera que (le dé tiempo a)
levantarse, recoger sus [...] y ceñirse los lomos antes de que entren».
104. [Le] dijeron: «Ven, vamos hoy a
hacer oración y a ayunar». Respondió Jesús: «¿Qué clase de pecado he cometido
yo, o en qué he sido derrotado? Cuando el novio haya abandonado la cámara
nupcial, ¡que ayunen y oren entonces!».
105. Dijo Jesús: «Quien conociere al
padre y a la madre, será llamado hijo de prostituta».
106. Dijo Jesús: «Cuando seáis capaces de
hacer de dos cosas una sola, seréis hijos del hombre; y si decís: ¡Montaña,
trasládate de aquí!, se trasladará».
107. Dijo Jesús: «El Reino se parece a un
pastor que poseía cien ovejas. Una de ellas —la más grande— se extravió.
Entonces dejó abandonadas (las) noventa y nueve (y) se dio a la búsqueda de
ésta hasta que la encontró. Luego —tras la fatiga— dijo a la oveja: Te quiero
más que a (las) noventa y nueve».
108. Dijo Jesús: «Quien bebe de mi boca,
vendrá a ser como yo; y yo mismo me convertiré en él, y lo que está oculto le
será revelado».
109. Dijo Jesús: «El Reino se parece a un
hombre que tiene [escondido] un tesoro en su campo sin saberlo. Al morir dejó
el terreno en herencia a su [hijo, que tampoco] sabía nada de ello: éste tomó
el campo y lo vendió. Vino, pues, el comprador y —al arar— [dio] con el tesoro;
y empezó a prestar dinero con interés a quienes le plugo».
110. Dijo Jesús: «Quien haya encontrado
el mundo y se haya hecho rico, ¡que renuncie al mundo!».
111. Dijo Jesús: «Arrollados serán los
cielos y la tierra en vuestra presencia, mientras que quien vive del Viviente
no conocerá muerte ni (...); pues Jesús dice: Quien se encuentra a sí mismo, de
él no es digno el mundo».
112. Dijo Jesús: «¡Ay de la carne que
depende del alma! ¡Ay del alma que depende de la carne!».
113. Le dijeron sus discípulos: «¿Cuándo
va a llegar el Reino?» (Dijo Jesús): «No vendrá con expectación. No dirán:
¡Helo aquí! o ¡Helo allá!, sino que el reino del Padre está extendido sobre la
tierra y los hombres no lo ven».
114. Simón Pedro les dijo: «¡Que se aleje
Mariham de nosotros!, pues las mujeres no son dignas de la vida». Dijo Jesús:
«Mira, yo me encargaré de hacerla macho, de manera que también ella se
convierta en un espíritu viviente, idéntico a vosotros los hombres: pues toda
mujer que se haga varón, entrará en el reino del cielo».
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Reseña Histórica de la Iglesia Gnóstica Cristiana Universal de Venezuela
La Santa Iglesia Gnóstica Cristiana Universal de Venezuela Nace en el año de 1975 por disposición del Venerable Mae...

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